Ir al contenido principal

Fragmento del artículo: Adolescencia e Hipermodernidad.


La desaparición de la infancia
Esta situación produce una desorientación general y de los padres en particular. Los padres ya no saben cómo educar y recurren a los técnicos o a las Escuelas de Padres que, aunque cumplan una función, no dejan de resultar sorprendentes en su propia formulación:
“Los padres a la escuela”.
Mientras tanto, surge la pregunta por la posibilidad de la “desaparición de la infancia” como época evolutiva. Ya no se sostienen más las ideas, por muy inexactas que fueran, sobre la pretendida “inocencia infantil”. Los niños y los jóvenes actuales tienen un acceso ilimitado, casi en igualdad de condiciones que el adulto, a prácticamente todos los circuitos de ocio e información, como los que representan la televisión o Internet.
Dejando la nostalgia a un lado, ya que no hay más tiempo que el que nos ha tocado vivir, tenemos que admitir, tal como ha desarrollado la pedagoga social Violeta Núñez, que estamos ante una nueva categoría de infancia: la infancia hipermoderna. Los hijos, como bien escaso, son más valorados y considerados en la familia y la relación padres–hijos se organiza en función de lo que se define como “las necesidades de los niños”. Sin embargo, los padres de hoy tienen problemas para sostener la función de autoridad. Las referencias familiares y el lugar de la autoridad son, cada vez, más lábiles. Una de las consecuencias del resquebrajamiento de la autoridad es la infantilización del adulto, el borramiento de las diferencias entre el niño y el adulto. Pensemos en el modo de vestir, en las comidas, en los horarios, en los espectáculos, y percibiremos la confluencia del adulto con el niño. Por eso, la adolescencia es el estado común, para muchos sujetos de cualquier edad, en nuestra civilización.
La infantilización del adulto trae aparejada la adultización del niño. En este contexto nos encontramos, paradójicamente, con la eclosión de la violencia infantil y juvenil. Porque, si renunciamos al ejercicio de la autoridad, dimitimos de nuestra responsabilidad educativa. Un adulto sólo funciona como tal para un niño si recibe sus demandas desde un lugar de autoridad.

Manuel Fernández Blanco

La era. Espacio abierto. 
Psicología clínica. Logopedia. Atención Temprana.
Calle Eras del Calvario 7 bj. a. La Zubia 18140 Granada
Tlf. 958057705 - 610521031 laeraespacioabierto@gmail.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS PROFESIONALES DE LA ERA

Soy Cándido Sánchez Zafra ,  padre de dos adolescentes y un niño, con  titulación en Psicología Clínica (1996) y Criminología (1994), además me considero un activo deportista montañero.  Un día te sorprendes pensando en “eso no sabido” que se cuela constantemente entre la voluntad y el devenir del día a día, creando síntomas, malestar, sufrimiento, repeticiones, lapsus, equivocaciones, aposentando dependencia hacia alguien, o bien dependencia sí o sí a tener que hacer algo de manera des-controlada. Mi camino para dar respuesta a la premisa anterior se inicia  en la Universidad Autónoma de Barcelona,  y en el Instituto de Criminología de Barcelona. En 2010 llega mi título de Psicólogo Especialista en Clínica.  Tras los estudios empecé colaborando en el Hospital de Día LLuria de Salud Mental de Barcelona, y trabajar paralelamente como educador en varios centros de Justicia Juvenil (Generalitat de Cataluña), también como educador en la Cárcel de Mujeres de Barcelona, y más ade

LA ERA ESPACIO ABIERTO

Una era fue lugar de trabajo,  de encuentro, de juego, de historias, un lugar del lenguaje y para el lenguaje.  Pero también es tiempo, un antes y un después, ese presente hilado por la historia y un presente hilando hacia el mañana. Y a la vez, es un cuadro pequeño de tierra destinado al cultivo de flores u hortalizas. Un lugar para cambiar, para escuchar, comprender y por qué no, para curar el malestar subjetivo del ser humano.  La infancia; tiempo de las primeras huellas mnémicas, lugar depositario de la prehistoria familiar, y por supuesto, de las primitivas representaciones que guiaran el deseo del adulto. Durante los primeros días, meses y años se van trazando los vínculos que determinaran amores y desamores futuros. La adolescencia, sin embargo,   es un periodo de contradicciones, confuso, en el que se alterna la necesidad de in-dependencia y el temor a perder lo conocido: la infancia. Por otro lado, el adulto se encuentra con un síntoma, el p

Papá y mamá ya no quieren estar juntos.

Los niños siempre desean que sus padres permanezcan unidos. Por eso es importante ir dando pasos de forma coherente y clara, sin dar juego a fantasías y esperanzas confusas, buscando comunicar la situación de manera acorde a la edad de los niños.  Pero también es fundamental que la madre y el padre se entiendan, que busquen encuentros en el diálogo. Comprender las sensaciones y sentimientos del otro adulto posibilita abrir el abanico de las posibilidades.  No olvidemos que la familia es el modelo principal dónde se miran los hijos.   Cuanta más armonía entre los adultos mayor confortabilidad y sosiego van a encontrar los niños en los cambios venideros. Cambio de casa, días en un lugar u otro, nuevas parejas…    "Mamá y papá no quieren estar juntos". "Pero siempre serán tu papá y tu mamá". Cándido Sánchez Zafra La era. Espacio abierto.   Psicología Clínica y  Psicoanalisis. Calle Escuelas 2  La Zubia 18140 Granada Tlf.  610521031 la