La muerte hasta hace unos días andaba por ahí, a hurtadillas, entre esquinas ausentes, con esos otros sujetos lejanos, distintos y extraños, prácticamente invisible como ritual social de nuestros tiempos. Se trataba de mantenerla a distancia, como si no fuera con nosotros. Casi se ha ido convirtiendo, desde hace ya un tiempo, en una escena cinematográfica o en el objetivo principal del protagonista de un video juego, en el que matar en definitiva no deja de ser eso, un juego. Un juego, que se lo pregunten a la infancia, siempre dispuesta a darle vueltas a lo que angustia, con escenarios de muertes y disparos, escenas de hacerse el muerto y demás situaciones que buscan representar eso tan silenciado por el adulto, indispuesto como siempre para abordar con naturalidad lo que tiene que ver con la verdad. La muerte angustia, es un tema recurrente en la clínica, nos confronta con la finitud de nuestra existencia, en ese sentido resulta más sencillo jugar con ella que m
DE Nuestra sociedad Vivimos en un país que blinda a un sector de la sociedad, a quienes sostienen sus privilegios, manteniendo fuera a otros. A quienes menosprecian a los diferentes, a quienes aíslan a quienes aprenden a otro ritmo, a quienes se mueven distinto, a las que quieren ser madres a pesar de sus complicaciones físicas. La discapacidad es la palabra que se utiliza para dejar al margen a todas esas personas que por s us particularidades físicas o psíquic as no responden a los márgenes de tolerancia de un sistema que favorece la rentabilidad de los recursos económicos. Así de esclavizador es este sistema rígido y perverso. Y lo más grave es que en ello se emplean muchos profesionales, embriagados por sus posiciones de supuesto saber sobre el ejercicio de su trabajo. El columpio es un documental que lo pone de manifiesto. Mujeres revolucionarias. Cándido S. www.laeraespacioabierto.es