Una era fue
lugar de trabajo, de encuentro, de
juego, de historias, un lugar del lenguaje y para el lenguaje.
Pero también es
tiempo, un antes y un después, ese presente hilado por la historia y un
presente hilando hacia el mañana.
Y a la vez,
es un cuadro pequeño de tierra destinado al cultivo de flores u hortalizas. Un
lugar para cambiar, para escuchar, comprender y por qué no, para curar el
malestar subjetivo del ser humano.
La infancia;
tiempo de las primeras huellas mnémicas, lugar depositario de la prehistoria
familiar, y por supuesto, de las primitivas representaciones que guiaran el deseo del adulto.
Durante los primeros días, meses y años se van trazando los vínculos que determinaran amores
y desamores futuros.
La
adolescencia, sin embargo, es un periodo
de contradicciones, confuso, en el que se alterna la necesidad de
in-dependencia y el temor a perder lo conocido: la infancia.
Por otro
lado, el adulto se encuentra con un síntoma, el producto singular de su
historia como sujeto. El síntoma es un relato a escuchar y que se transforma en una pregunta al Otro. Pone en
evidencia esas vivencias subjetivas que
no han podido ser simbolizadas del todo o en parte.
Cándido S.
La era. Espacio abierto.
Psicología Clínica y Psicoanalisis.
Calle Escuelas 2 La Zubia 18140 Granada
Tlf. 610521031 laeraespacioabierto@gmail.com
Psicología Clínica y Psicoanalisis.
Calle Escuelas 2 La Zubia 18140 Granada
Tlf. 610521031 laeraespacioabierto@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario.